domingo, 20 de julio de 2008

Racismo de todos los colores

Se debe denunciar y abolir todo tipo de racismo. Parece que almenos aqui en Europa solamente se habla del racismo Nazi o Fascista de blancos contra gente de otra etnia. Este tipo de racismo es despreciable, pero no se debe dejar de lado el racismo llevada a cabo por otras razas hacia la blanca, la negra o los nativos americanos.

Hay latinoamericanos que marginan a los nativos americanos, como hay chinos que discriminan a los tibetanos, como hay negros que mutilan y violan a los blancos.

En las próximas entradas dejaré entrever un poco de estos casos, de los que dejan salir a la luz, para que la gente intente concienciarse.

Empiezo por un caso que en cierta medida da una idea de como van las cosas por Zimbabwe y de como la raza negra parece haber tomado mal ejemplo. Quizá esté en lo "humano" el adueñarse de todo y erradicar lo diferente.

Declaración de William Bruce Rogers y Annette Mary Rogers

7 de Mayo de 2008

El 6 de Mayo de 2008, a las 13:00 aproximadamente, recibí la visita de tres hombres en nuestra granja, la granja Chigwell. Me dijeron que tenía dos minutos para abandonar la propiedad o volverían con más gente, y “no merece la pena sacrificar mi vida por la casa”…pues perderíamos la vida. Dijeron que eran como leones hambrientos.

Mi esposa denunció el incidente en la policía de Chegutu, nombrando a la gente envuelta. En el momento, les pregunté si reaccionarían ante cualquier incidente que pudiera ocurrir y le dijeron a mi mujer que hablarían con el inspector. Mi mujer también lo vió antes de hacer la denuncia y le informó de la visita. El inspector le dijo que hiciera una denuncia en la oficina correspondiente.

Sobre las 17:00 del mismo día, un pickup Datsun 1800 blanco, llegó a la portada con unos 10 o 12 hombres. Demandaron que les abriese porque querían “hablar conmigo”. Me negué y me encerré en la casa con mi mujer. Vinieron hasta la casa pidiéndome que saliera “para hablar”. Por supuesto, me negué. Empezaron a romper las ventanas y echaron a bajo la puerta delantera. Uno de ellos nos apuntó con una escopeta y nos llevaron escaleras arriba.

Disparó un tiro directamente sobre mi cabeza y muy cerca de la de mi mujer. Obviamente, había intentado matarnos. Después de disparar, salió de la casa. Trás un corto silencio, oímos tres disparos provenientes de la zona de los trabajadores. Regresaron con los trabajadores y dispararon una vez más fuera de la casa.

Me las arreglé para ponerme en contacto con el inspector y la policía de Chegutu, pidiendo ayuda antes de que empezara a haber cadáveres. Me dijo que debía telefonearlo de nuevo en media hora. Mientras tanto, mi mujer estaba al teléfono, hablando con amigos que estaban en la oficina de policia pidiendo ayuda, sin conseguir nada. Llamamos también al representante en el parlamento, pero se negó a contestar.

Se hizo de noche y se fue la electricidad, por lo que nos quedamos en la oscuridad más absoluta, siendo imposible identificar a nuestros propios empleados. Entonces los agresores utilizaron a los trabajadores como escudo, de manera que se infiltraron de nuevo en la casa. Empezaron a entonar sus cánticos violentos y nos amenazaron.

Enviaron a uno de los empleados escaleras arriba para pedir que les diera la escopeta. Me negué y el empleado se quedó con nosotros. Entonces tomaron al hijo de este empleado nuestro y amenazaron con matarlo si no volvía abajo con la escopeta. Bajó con la escopeta. Cinco minutos después, enviaron a los trabajadores escaleras arriba cantando, usándolos como escudo de nuevo.


William Bruce Rogers tras el ataque racista


Intentamos identificar a los trabajadores uno por uno, tal y como subían, y mi esposa esperaba al final de la escalera con un bote de gas anti-agresión. Como no podía identificarlos, usó el gas y todos corrieron escaleras abajo y salieron de la casa.

Los cafres se enervaron y rompieron la puerta trasera, empezando un incendio, en la casa, bajo nuestros pies. Como tenemos el suelo del primer piso de madera, pensamos que arderíamos vivos. Dije que saldríamos si nos dejaban salir en paz. Dijeron que sí.

Le pedimos al jefe de la banda que se identificase. Bajamos y nos pidieron la escopeta, que yo tenía cargada y con el seguro quitado. Me negué. Insistieron, y tal como empecé a descargarla, me atacaron. Después cogieron a mi mujer por el cuello y ella empezó a gritar. Mientras intentaban quitarme la escopeta, que es semiautomática, se escaparon tres tiros al suelo. Finalmente me la quitaron, me tiraron al suelo, me golpearon con palos o tubos y me patearon. Sacaron a mi mujer de la casa y estuvieron apunto de estrangularla. Se las arregló para morderle la mano a su agresor y este comenzó a golpearla. La golpearon al menos entre cuatro.

Me ataron y me arrojaron a la parte trasera del pick up, cuando aun golpeaban a mi mujer. Cuando terminaron de golpearla, uno de ellos la agarro por el pelo y la arrastró hasta el vehículo. Entonces, le pidió que se pusiera de pie y se metiera dentro. Lo hizo. La registraron y encontraron las llaves del coche. Le preguntaron de qué vehículo eran.No pudieron encontrar las llaves de la otra camioneta. Aparcaron mi coche junto al pick up donde me encontraba atado. Uno de ellos se fue con el vehículo y nunca más lo vimos. Aun tenían a todos los empleados cantando forzados alrededor de una hoguera.

Cuatro o cinco de ellos nos vigilaban y nos insultaban, amenazando constantemente con matarnos y hablando de cómo iban a hacerlo. Esto duró alrededor de una hora. Me quemaron la planta de los pies con cigarrillos. Entonces vimos las luces de un vehículo y le dijeron a mi mujer que saliera del vehículo. Fue arrastrada hacia las luces del mismo. Cuando llegó al vehículo vio que eran cuatro policías armados de la Oficina de Kadoma que preguntaban que había pasado. Se lo explicó brevemente y pidió que me ayudasen, pues temía por mi vida. Uno de los cafres me desató y me llevó hacía la policía.

Les describimos el incidente con más detalle en el interior de la casa, donde fuímos a por nuestra ropa. Una vez en la casa, vimos que me habían robado mis armas. Informé sobre ello. Entonces los policías nos metieron en el coche y nos llevaron a la oficina a hacer una denuncia.

En la oficina de policía esperamos a un oficial superior para que nos tomara declaración. No llegó hasta que estabamos camino del hospital de Harare para recibir atención médica urgente. Ninguna autoridad parece haber tomado ningún tipo de interés en nuestra demanda.

Tengo fracturas vertebrales, la nariz y los pómulos rotos, cardenales y rotura interna de tejidos en la cara y la espalda, y un mordisco en el lóbulo de la oreja derecha.

Las lesiones de mi mujer son: pómulos rotos, fracturas en los huesos occipitales, tímpano perforado, costillas rotas y quemaduras en la cara, cuello y espalda.


La profecía de “Los Guerreros del Arco Iris”

Hubo alguna vez una anciana llamada Ojos de Fuego, nacida india de la tribu Cree de norteamérica, esta mujer lanzó una profecía que hasta nuestros días hace eco; la profecía dice así:



Llegará el día en que la codicia del hombre blanco, del
Yo-ne-gi, hará que los peces mueran en las corrientes de los ríos, que las aves caigan de los cielos, que las aguas ennegrezcan y los árboles ya no puedan tenerse en pie.

Y la humanidad, como la conozco, dejará de existir. Llegará el tiempo en que habremos de necesitar a "los que preservan las tradiciones, las leyendas, los rituales, los mitos y todas las viejas costumbres de los pueblos" para que ellos nos muestren cómo recuperar la salud, la armonía y el respeto a nuestros semejantes. Ellos serán la clave para la supervivencia de la humanidad, y serán conocidos como "Los Guerreros del Arco Iris".

Llegará el día en que algunas personas despierten de su letargo para forjar un Mundo Nuevo de justicia, de paz, de libertad y de respeto por el Gran Espíritu.

Los Guerreros del Arco Iris transmitirán el mensaje, para difundir sus conocimientos a los habitantes de la Tierra, a los habitantes de Elohi.




Ellos enseñarán a vivir como vive el Gran Espíritu, y mostrarán cómo ese mundo futuro se ha alejado del Gran Espíritu y por qué razón se encontrará tan enfermo. Los Guerreros del Arco Iris le enseñarán a la gente que este Ser Ancestral, el Gran Espíritu, es un ser de amor y comprensión, mostrarán cómo devolverle a la Tierra, a Elohi, toda su belleza. Estos Guerreros del Arco Iris proporcionarán a la gente los principios y reglas para hacer una vida acorde con el mundo. Estos principios serán los mismos principios que seguían los pueblos del pasado. Los Guerreros del Arco Iris le enseñarán a la gente los viejos hábitos de la unidad, del amor y de la comprensión.

Y enseñarán por los cinco rincones de la Tierra cómo alcanzar la armonía entre las personas. Le enseñarán a la gente cómo orar al Gran Espíritu de la misma manera como lo hacían los pueblos del pasado, dejando que el amor fluya como las hermosas corrientes que descienden de las montañas, por cauces que las llevan a unirse con el océano mismo de la vida.

Y una vez más renacerá la alegría de estar en compañía, como también en la soledad. Estarán libres de envidias mezquinas, y amarán a sus semejantes como a sus hermanos, sin importar el color de su piel, su raza o su religión. Sentirán cómo la felicidad inunda sus corazones mientras se vuelven cada uno con el resto de la creación. Sus corazones serán puros e irradiarán calidez, comprensión y respeto por la humanidad, por la naturaleza y por el Gran Espíritu . Y una vez más colmarán sus mentes, sus corazones, sus almas y sus actos de los pensamientos más puros, para así aspirar a la magnificencia del Maestro de la Vida, ¡el Gran Espíritu! Hallarán la fortaleza que se oculta en la belleza de una oración y en los momentos de soledad de la vida.

Y sus hijos nuevamente podrán correr libres y disfrutar los tesoros de la Naturaleza y de la Madre Tierra, libres de venenos y de la destrucción generada por el Yo-ne-gi y sus prácticas codiciosas.

Los ríos fluirán limpios otra vez, los bosques serán abundantes y llenos de hermosura, y otra vez habrá aves y animales sin número. Nuevamente se respetarán los poderes del planeta y de los animales, y la conservación de todas las cosas bellas se convertirá en una forma de vivir.

El pobre, el enfermo y el necesitado recibirán cuidados de sus hermanos y hermanas de toda la Tierra. Y estas prácticas serán de nueva cuenta parte de sus vidas cotidianas.

Los líderes de los pueblos volverán a ser elegidos a la vieja usanza... no por el grupo político al que pertenezcan, ni porque griten más fuerte o presuman más, tampoco por un proceso de intercambio de insultos o acusaciones mutuas; serán elegidos aquellos cuyas acciones digan más que sus palabras. Serán elegidos como líderes o Jefes aquellos que den muestras de su amor, su sabiduría y su valor, que hayan sido capaces de actuar por el bien de todos. Serán elegidos por sus cualidades, no por la cantidad de dinero que posean. Y al igual que los Jefes devotos y considerados de la antigüedad, usarán su amor para entender a la gente y para asegurarse de que sus niños y jóvenes sean educados en el amor, en el trabajo y en el conocimiento de su entorno. Les mostrarán que los milagros pueden hacerse realidad para curar a este mundo de todos sus males, devolverle la salud y la belleza que antes tuvo.

Las tareas que les esperan a los Guerreros del Arco Iris serán muchas y mayúsculas.

Habrá enormes montañas de ignorancia que será necesario vencer; se enfrentarán contra prejuicios y odio. Tendrán que ser dedicados, firmes en su fortaleza y tenaces de corazón. Porque en su camino hallarán mentes y corazones dispuestos a seguirlos en esta senda que le devolverá a la Madre Tierra toda su belleza y su plenitud. Ese día llegará pronto, ya no está lejos. Llegará el día en que nos demos cuenta de que todo lo que somos, nuestra existencia misma, se la debemos a las gentes que han reservado su cultura y su herencia, a esas personas que han mantenido con vida los rituales, las historias, las leyendas y los mitos. Y será gracias a este conocimiento que ellos han preservado, como volveremos a estar otra vez en armonía con la Naturaleza, con la Madre Tierra y con la humanidad misma. Y descubriremos que este conocimiento es nuestra clave para la supervivencia. Éstos serán los Guerreros del Arco iris, y ésta es la razón que me impulsa a proteger la cultura, la herencia y los conocimientos de mis antepasados.




Sé bien que el día del que hablaba Ojos de Fuego está por venir. Y quiero que mis hijos y mis nietos estén preparados para aceptar esta misión: la misión de convertirse en un Guerrero del Arco iris.

Lelanie Fuller Stone

Lelanie Fuller Stone, La Dama Cherokee, es la narradora de esta historia que su abuela le contó a su vez siendo ella una niña.


Visto en Music World

Mascota del Refugio

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