Una mujer arroja a su perro desde un octavo piso porque "merodeaba" junto a sus piernas y le "molestaba"
El "asesinato" del perro se produjo ayer en la localidad valenciana de Alboraya. La mujer, de 44 años, se fue después a tomar un café y a la playa. Se enfrenta a una pena de entre tres meses y un año de prisión.Hace una semana, las imágenes de la brutal paliza que Juan Lado propinó a un perro en la localidad coruñesa de Aguiño ponían un nudo en la garganta a todo aquel con un mínimo de sensibilidad y recordaban a la sociedad, por si acaso se le había olvidado, que no todo el mundo está capacitado para tener un animal doméstico.
Pues bien, el foco del drama canino se ha trasladado ahora a la localidad valenciana de Alboraya, y tiene como protagonista a una mujer de 44 años que arrojó ayer a su perro, un beagle de unos 15 kilos, desde un octavo piso, tras lo que se fue a tomar un café y a tomar un baño a la playa.
Enfermiza frialdad
A las 7.30 de la mañana, la presunta "homicida" de su can se asomó al balcón, miró hacia abajo, y le preguntó a unos obreros que trabajaban en una fica cercana: "¿Pasa alguien?".
Los operarios, extrañados, le contestaron que no.
Lo que sucedió después ya se lo pueden imaginar. La mujer cogió a su perro y, sin mediar palabra, lo arrojó al vacío.
El animal murió en el acto.
"Ha sido muy fuerte (...), después de lanzar al perro bajó a la calle, se metió en el bar y se tomó un café", ha declarado uno de los obreros que presenció lo ocurrido -en declaraciones recogidas por el diario Las Provincias-.
Tras tomarse el café, la presunta "asesina" de su perro se acercó al cadáver del animal y, según aseguran testigos presenciales, le dijo que luego le subiría a su casa.
Detenida
La Policía tuvo que acudir a la playa a buscar a la presunta "homicida" de su perro, donde fue detenida y trasladada al cuartel de la Guardia Civil de Tavernes Blanques.
En dependencias policiales, la mujer sólo argumentó -según el diario Las Provincias- que "el animal estaba merodeando junto a sus piernas y le molestaba".
Además, allí se comprobó que esta misma mujer, que vivía sola y que ya había sido detenida a principios de verano por arrojar electrodomésticos por la ventana, abandonó a un perro hace un par de años.
Ahora, y tras la reforma del Código Penal realizada en octubre de 2004, estos gravísmos y habituales actos se castigan con penas que oscilan entre 3 meses y un año de cárcel.
fuente: 20 minutos
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