sábado, 24 de noviembre de 2007

Maltrato Animal

Una mujer arroja a su perro desde un octavo piso porque "merodeaba" junto a sus piernas y le "molestaba"

El "asesinato" del perro se produjo ayer en la localidad valenciana de Alboraya. La mujer, de 44 años, se fue después a tomar un café y a la playa. Se enfrenta a una pena de entre tres meses y un año de prisión.

Hace una semana, las imágenes de la brutal paliza que Juan Lado propinó a un perro en la localidad coruñesa de Aguiño ponían un nudo en la garganta a todo aquel con un mínimo de sensibilidad y recordaban a la sociedad, por si acaso se le había olvidado, que no todo el mundo está capacitado para tener un animal doméstico.


Pues bien, el foco del drama canino se ha trasladado ahora a la localidad valenciana de Alboraya, y tiene como protagonista a una mujer de 44 años que arrojó ayer a su perro, un beagle de unos 15 kilos, desde un octavo piso, tras lo que se fue a tomar un café y a tomar un baño a la playa.

Enfermiza frialdad


A las 7.30 de la mañana, la presunta "homicida" de su can se asomó al balcón, miró hacia abajo, y le preguntó a unos obreros que trabajaban en una fica cercana: "¿Pasa alguien?".

Los operarios, extrañados, le contestaron que no.

Lo que sucedió después ya se lo pueden imaginar. La mujer cogió a su perro y, sin mediar palabra, lo arrojó al vacío.

El animal murió en el acto.


El 'Beagle' murió en el acto.


"Ha sido muy fuerte (...), después de lanzar al perro bajó a la calle, se metió en el bar y se tomó un café", ha declarado uno de los obreros que presenció lo ocurrido -en declaraciones recogidas por el diario Las Provincias-.

Tras tomarse el café, la presunta "asesina" de su perro se acercó al cadáver del animal y, según aseguran testigos presenciales, le dijo que luego le subiría a su casa.

Detenida

La Policía tuvo que acudir a la playa a buscar a la presunta "homicida" de su perro, donde fue detenida y trasladada al cuartel de la Guardia Civil de Tavernes Blanques.

En dependencias policiales, la mujer sólo argumentó -según el diario Las Provincias- que "el animal estaba merodeando junto a sus piernas y le molestaba".

Además, allí se comprobó que esta misma mujer, que vivía sola y que ya había sido detenida a principios de verano por arrojar electrodomésticos por la ventana, abandonó a un perro hace un par de años.

Ahora, y tras la reforma del Código Penal realizada en octubre de 2004, estos gravísmos y habituales actos se castigan con penas que oscilan entre 3 meses y un año de cárcel.

fuente: 20 minutos

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